Ahora que estamos en épocas de nieve y frío, recuerdo unos raticos inolvidables de veranos pasados, que transcurrieron en un camping de Soria, para facilitar la ascensión a la cima del impresionante Urbión, que es uno de mis picos preferidos, lo hemos subido tres veces y espero seguir visitándolo por más tiempo…
Durante esos días, estuvimos en contacto con la naturaleza, respirando el aire limpio, contemplando las relucientes estrellas en la noche, escuchando el canto de los pajarillos, el murmullo del agua, tomando el sol… en fin, disfrutando… y olvidándonos un poco de la rutina diaria en la cuidad…
Estuvimos acampados en un tranquilo sitio, entre pinos y robles… una vez montada la tienda, paseamos por Vinuesa, un pueblo muy bonito…
Los Asesinos
VI
“Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas.
¡Padre!, gritaron; al fondo
de la laguna serena
cayeron, y el eco ¡padre!
repitió de peña en peña.”
A todos nos gusta mucho este fascinante pico, mis padres son unos enamorados de la laguna negra, como se aprecia en las bonitas descripciones de su cuaderno de campo… Tras contemplar la belleza de la Laguna Negra “comenzamos a subir por el corredor, de piedras que nos eleva rápidamente hasta el borde del farallón rocoso desde donde la vista de la laguna es un espectáculo entrañable… Hemos subido rápidos, como jóvenes que queremos subir a la cima sin controlar el esfuerzo… Arriba la planicie y los pinos no tan majestuosos como los del refugiado bosque de la laguna, nos acogen…”
Desde la cima, se divisan “inmensos horizontes, lomas amarillentas, rocas grises, lagunas, vértices y barrancos… nubes, una luz de cima y unas sombras en quebradas y perfiles…”
Comemos al cobijo de algunas de esas rocas gigantescas… y bajamos al barranco que nos lleva al nacimiento del Duero, ese precioso río que se hace tan grande por la Península… y que aquí podemos recoger en una cantimplora…
Ya en el Camping, entre risas felices… nos damos un remojón en la congelada y desolada piscina… Acabamos tiritando… Como podéis ver hay mucha gente…
Y me despido con otro fragmento de mis padres sobre la laguna… “Ella siempre esta igual de cambiante, de encajonada, de silenciosa, de misteriosa, de oscura, de preciosa….”