Niebla… niebla… y más niebla…
Decididos avanzamos al galope… atravesamos praderas, valles,
caminos… siempre hacía adelante… y por fin, encontramos a nuestro amigo el sol
que nos dedica un guiño desde su cálido sillón… atrás queda la ciudad, la
contaminación, los hombres grises y la niebla… ¡¡Les hemos despistado!!
Un día más, hemos llegado a un lugar dónde el aire es puro, el
cielo azul, nosotros todos amigos y la libertad nos acoge en sus brazos…
Recorremos esa tranquila senda y por el camino nos encontramos
con recuerdos vividos hace muchos años… de cuándo éramos jóvenes y valientes…
la senda sigue igual, aunque más transitada… las vistas han resultado tan increíbles y el
día tan delicioso que me resulta imposible describirlo… y allí, en lo alto de la
Peña, justo en el instante antes de ocultarse el sol, a lomos de Veillantif me
ha parecido ver a ese valiente guerrero que fue Roldan…
Quién sabe si la próxima vez que visitamos este lugar tenemos
que pagar un peaje para poder disfrutar de la vida… de nuestras lecturas… del
aire limpio… del sol… de la amistad… o ¿lograremos despistarles de nuevo?...
Ha sido un día emocionante, entrañable, inolvidable, familiar,
amistoso… me he sentido muy cerca del cielo… en las nubes… ¡Gracias!
Hasta prontito!!