Hoy nos volvemos a escapar de la niebla y de la ciudad para
perdernos en un tranquilo paseo, prendido de preciosos paisajes, entre dos
perdidos pueblos de montaña…
No es la primera vez que vistamos estos lugares tan cercanos… ya
que ejercen una fuerza de atracción tan fuerte en nosotros, que tras pensar y pensar en posibles lugares,
terminamos escogiendo estas tierras tan queridas y venturosas… que guardan
tantas emociones y leyendas…
Además cómo pronto cruzaremos por el puente al mes de Febrero,
hoy hemos comenzado a leer, a sentir, a palpar esas palabras que son versos que
construyen poemas, de ese gran amigo y amado poeta.
“En la clave del arco ruinoso
cuyas piedras el tiempo
enrojeció,
obra de cincel rudo campeaba
el gótico blasón.
Penacho de su yelmo de
granito,
la yedra que colgaba en
derredor
daba sombra al escudo en que
una mano
tenía un corazón.
A contemplarle en la desierta
plaza
nos paramos los dos;
—Y ese —me dijo— es el cabal
emblema
de mi constante amor.
¡Ay! Es verdad lo que me dijo
entonces;
verdad que el corazón
lo llevará en la mano..., en
cualquier parte...
pero en el pecho, no.”
Y precisamente allí, bajo un tranquilo cielo azul, rodeados de
árboles, arbustos, pájaros, piedras, que formaron tiempo atrás, paredes fuertes
de pueblos ya perecidos en el tiempo… sí, allí, hemos sentido la presencia de él…
de sus mágicas palabras, de sus sentimientos, de su lírica, de su esencia… allí
hemos sido junto a él… con Bécquer.
También hoy se celebra el día de la Paz, ¡¡Ha sido un día
repleto de “pes”!!... ;)
Hasta prontito!!