viernes, 22 de febrero de 2008

Rascaladeras...

Rascaladeras...

Como os dije anteriormente, esta entrada se la dedico a la parte más emocionante y simpática de la excursión que hicimos en las Bardenas Reales, el 17 de febrero… Es otro “Ratico Inolvidable”, pero este lo recordaré con un poco más de miedo…
Muy cerca de Castildetierra, nos acercamos a ofrendar vasallaje a una rustica estatua al segador. Nos pareció un merecido homenaje a este sufrido trabajador que en tan duras condiciones, ¡en el mes de julio, por estas tierras debía pasar días enteros dedicado a esta labor ingrata de segar!...



Después comenzamos a subir por una empinada cuesta, el frío viento nos golpea en la cara, como si quisiera impedirnos continuar la excursión, pasamos una preciosa y tranquila laguna entre carrizos y cañoclas… ¡en mitad de las Bardenas! Es increíble… tras contemplarla unos breves instantes, seguimos subiendo y subiendo, comenzamos a ver montañas muy erosionadas… que al paso de los años se van deteriorando y destruyendo…


Aprovechando unas pendientes, subimos a una de estas montañas y nos inventamos un nuevo deporte, lo llamamos “rascaladeras” y consiste en bajar muy deprisa, corriendo entre la arena, por la resbalosa ladera del montículo… es muy divertido… A mi me cuesta lanzarme… pero mis hermanos se tiran como motos… Y me animan. Aquí os dejo unas fotos que seguro os hacen sonreír…

















Seguidamente en las estribaciones del Cabezo de las Cortinillas, nos apetece subirnos a un cerro testigo que está muy aéreo, en el vacío, así que llegamos en una corrida… nuestro padre nos alienta a subir hasta lo más alto, al tejado de la chimenea de brujas… a mi al principio me parece imposible…




con lo inestable que está la roca… pero al ver que mi hermano sube y no pasa nada… nos animamos a acompañarle!! Me recuerda a una de las escenas de “La Búsqueda 2”…(¿Recordáis cuando tienen que equilibrar aquella vieja plataforma de madera para ir saltando desde ella?) Mientras estamos encima del “sombrero” bromeamos y a todos nos parece que se mueve… y nos tenemos que mover y distribuir para evitar desequilibrarlo y caer rodando montaña abajo como si se tratase de una tabla de surf… pasamos un poco de tensión pero es muy emocionante y no paramos de reír a pesar del fuerte viento que nos amenaza con derribarnos en cualquier momento… Y mi padre haciendo fotos por si se queda sin hijos…


Otra vez en suelo firme, nos dirigimos al verdadero Cabezo de las Cortinillas, antes, en lo alto había un antiguo observatorio militar desde donde se puede divisar al norte y al este el inmenso polígono de tiro del ejercito de aviación… Su acceso es breve y muy peculiar, se asciende por 219 escalones de piedra… algunos se han destruido por la erosión del terreno…



Desde lo alto contemplamos ese áspero pero precioso paraje en el que estamos pasando estos buenos “raticos”…



El frío nos hace bajar y aun nos entretenemos unos minutos por algunas piedras varadas en el inmenso desierto… desde ellas aprovechamos para deciros, no adios… sino hasta muy pronto amigos


Hasta pronto queridos amigos!!