viernes, 22 de febrero de 2013

Castillo de Doña Blanca...


Aquel día, mientras atravesábamos las cárcavas y barrancos de Las Bárdenas… dirigiendo nuestros pasos hacía aquel entrañable lugar… mi hermano Eloy, nos contó la historia de ese castillo que se elevaba ante nosotros… el Castillo de Peñaflor, también conocido por el Castillo de Doña Blanca de Navarra (princesa de Viana)…



Según cuenta la leyenda, estuvo presa en la torre del castillo a finales del S. XV, porque se negó a casarse con el príncipe de Aragón, como así lo quería su padre…


Allí, en ese castillo, con un ambiente maravilloso y silencioso, dejé volar mis pensamientos y di rienda suelta a la imaginación… viajé en el tiempo y con la pluma que siempre me acompaña escribí esta carta que quizá un día llegó a su destino…


Querido nómada de las “Bárdenas”:

Siento que mi vida será un gran ejemplo para otras mujeres que al igual que yo lucharán contra su injusto destino… Es muy cruel que no podamos elegir nada… Pero mi padre no lo entiende… a él también lo casaron con una desconocida… se ríe del amor… no comprende que yo sueñe con esas cosas… debo estar muy loca… pero… tu mensaje…
Mi corazón late con fuerza, mientras me va dictando las palabras, que al fin, me atrevo a escribir en este papel… después de varias noches sin dormir, sin poder parar de pensar en esas letras escritas con tanta pasión, ternura, tan profundas, sinceras y llenas de valor que recibí aquella tranquila tarde de febrero y que en verdad, no acostumbro a oír entre las paredes de esta fortaleza…
Tantas veces han sido acariciadas por mi mirada, tantas veces saboreadas en mi mente, que las podría recitar de memoria… y al fin, mientras la Luna me espía por la ventana a la vez que siento tu dulce presencia en mi alma…  me atrevo a escribirte esta carta… mientras sigo prisionera en la torre de este precioso y fuerte castillo, desde el que contemplo día tras día, el amanecer, el atardecer… sin encontrar la paz en mi interior.
Es tan sobrio y a la vez tan especial este lugar… que me encantaría cabalgar y conocer cada rincón de este hermoso desierto… en el que vivo sin vivir… y disfrutar de tu amable compañía que siento sin sentir…
A veces pienso que el castillo y yo, somos la misma persona… parece que esta fortaleza sea la barrera que me protege de mi misma… por desobedecer mi deber… porque si realmente me sintiera libre de culpa… no sería difícil traspasar estas murallas que me retienen… y escapar de este lugar… pero mil dudas asaltan mi mente… y mi corazón de pena lleno está.
En cambio, tus cariñosas palabras me despertaron de este hechizo que me atrapa y envenena día y noche… tu me hiciste despertar… y de pronto mi mente se lleno de luz… como si hubiera salido de un mal sueño… Oh! que simples, certeras y sinceras palabras me escribiste…
Gracias, en verdad te digo, Salvador mio… tu más sincero amor ha derretido estas paredes… ahora me siento libre… Sí, el próximo dia de Luna nueva, a media noche. Allí te esperaré. No tardes.

Hasta pronto querido mío.
Con amor y libre,
Tu Flor Blanca del Desierto.



PD1: Muchas gracias por visitarme y comentarme, vosotros dais vida a este blog… os merecéis un regalo, así que a partir de ahora entregaré un premio al mejor comentarista (realizado por Fair Lady, gracias por permitirme su uso, linda :))… lo publicaré al final de cada post, cuando haya publicado el siguiente. ¡¡SUERTE!!




Comentarista ganador del post anterior:


Gracias por vuestra agradable visita, me encantan vuestras simpáticas, dulces y cariñosas palabras… han sido todos vuestros comentarios preciosos… mil gracias por acompañarme…
El premio es… para mi amigo Salva. Gracias por tu siempre amable visita y  por compartir cada excursión con nosotros! ^^
Siempre me animan a seguir compartiendo “on line” estos “Raticos Inolvidables”… me quedan tantos por contar!!!!!!!
Aquí tenéis su comentario, espero que os guste:

“¡Fantástica excursión!
Cada momento fue especial, por Bécquer, por las personas que pudimos compartir ese ratico inolvidable.
Por cierto, misterioso final el del escrito... =)
Un beso!,
Salva.”