Ya estamos en junio… ya llega el
verano con sus días largos, sus cálidas mañanas, sus vacaciones, sus sabrosas
frutas, sus amores… y a mi recuerdo llegan esas excursiones de invierno, que me
traen un poco de aire fresco… y me acercan a esos lugares tranquilos de nuestra
tierra…
Aquel día de marzo, decidimos
perdernos por una de las saladas de los Monegros…
Gran parte de la salada está llena de
barro por la constante lluvia de los días pasados… el cielo parece un mar… y
las nubes al igual que nosotros, pequeños náufragos del tiempo… que tan sólo estamos
de paso…
En algunas fotos parece que estoy en
una gran playa sin mar… pero no hay nada más lejos de la realidad… en Aragón no
tenemos mar, ni playa… pero si muchos tesoros… ¿Nos dará tiempo a descubrirlos
todos?...
Recorremos toda la salada, ella misma
es pura poesía… conforme avanzamos nos regala diferentes versos… a mí los que
más me gustan son los que aparecen en estas fotos… dónde la sal de la tierra es
la gran protagonista… casi parece un desierto…
Al caer la tarde, el sol juega al
escondite entre la poca vegetación que crece… que bonitas combinaciones de luz
y sombra se crean!!
Ha sido otro Ratico Inolvidable,
rodeada de maravillosas personas… redescubriendo nuestro querido Aragón… cada
domingo es como una ilusión, magia… y espero seguir teniendo un poco de tiempo
para compartirlos con vosotros, queridos lector*s y amig@s!!
Hasta
prontito!!
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