Cada día de la semana
tiene sus cosas buenas e interesantes… cada día es especial y único… cada día
es una aventura… pero el mejor día, el más increíble y fantástico, sin dudas,
es el último, el séptimo, el domingo… es el día en que la familia y esos amigos
escasos pero cercanos y unidos, nos juntamos para disfrutar juntos de un día en
la naturaleza… de un día maravilloso… es el denominado “día nube”… porque
unidos y felices nos sentimos cerquita de ese inmenso cielo azul…
Esta vez, nos
trasladamos a Ordesa… disfrutamos de la frescura del bosque mientras
conversamos de temas que nos unen cada vez más… y de fondo, conectamos con la
emisora de la naturaleza y su interminable canto de los pájaros y el susurro de
la brisa que acaricia cada hoja de cada rama de cada árbol… y el crujir de las
ramas a cada paso…
Y ascendemos cada vez
más alto… y poco a poco nos vamos elevando del suelo… y nos sentimos flotando
en armonía y belleza ¡Es Ordesa una nube!
Cada rincón se ha
enamorado del verano, y las laderas, tan coquetas ellas, se han tornado fucsias…
ofreciendo lo mejor de ellas, llenando todo de su esplendor… ni la mejor melodía,
ni el mejor poema, ni la pintura más hermosa podrían dar envidia a esta
maravillosa creación natural… a este paraíso terrenal…
La senda, se escurre
entre el cielo y los abismos… podría decirse que sólo puede ser transitada por
ángeles… Ordesa se hace sentir con cada latido… Nuestros corazones llegan al
corazón de Ordesa…
Como broche final llegamos
hasta la nube de espuma… a la plateada cortina de agua… es un lugar mágico,
lleno de fuerza que corre libre y que da vida a Ordesa…
Ha sido un “Ratico
Inolvidable” en compañía de mis ángeles… Gracias por acompañarme en el camino…
Hasta prontito!!
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