Ayer, domingo 5 de marzo… nos
volvimos a escapar a la naturaleza… con la idea de disfrutar de un día
familiar, místico, entrañable… y lleno de vida.
Era una excursión muy conocida por
todos… porque hay lugares a los que nos encanta volver siempre que se puede… y
este es uno de ellos… pero eso os lo contaré en el próximo post… porque ahora
quiero compartir lo que vimos a la vuelta…
Es una excursión que tiene una pista
y una senda… lo que solemos hacer es ir por la pista y volver por la senda, que
cada año está más perdida… más olvidada… pero que es un camino más directo y
corto… hecho con la sabiduría de los antiguos… de verdad que es una pena que se
pierdan estos caminos… pero lo realmente penoso fue la situación en la que se
encuentran todos los pinos de esa zona… a todos se les ve afectados de
“procesionaria” y de “muérdago”… no sé si tendrán más enemigos, pero lo que si
os aseguro que casi todo el bosque de pinos está muerto o herido de muerte…
Caminar por esa senda era un sufrimiento…
casi todos los pinos estaban quebrados, rotos, doblados… con sus ramas grises
besando el suelo…
¿Habría alguna solución para evitar
este cementerio de pinos que se encuentra en el camino de Alcubierre a San
Caprasio (Huesca)?...
Quizá si en lugar de replantar con
pinos, se hubiera apostado por la Sabina y la Carrasca que son típicos de Los
Monegros, habría un bosque lleno de vida y muy sano.
Hasta
prontito!!
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