viernes, 29 de febrero de 2008

Sancho Abarca

Sancho Abarca

Comenzamos a caminar por una pista de tierra, a los lados se ven los campos de trigo cultivados y los que están en barbecho para recuperarse de una reciente cosecha.


Conforme devoramos la pista, comienza a haber más vegetación y algún árbol, se debe a que estamos recorriendo una parte de la Bardena de Aragón que llaman “La Negra”…


En algún tramo del camino paramos para contemplar las impresionantes vistas de la “Raya de la Negra” ese cortado donde los estratos duros protegen a los blandos de la erosión y forman esa preciosa pared grisácea…

Tras una elevada cuesta nos presentamos en el Santuario de Ntra. Señora de Sancho Abarca, un imponente edificio del XVIII, que sigue rodeado de casas donde siempre han vivido algunos aldeanos…

Desde este cerro, desde sus bordes, un inmenso panorama de montes, campos, pueblos… y nieblas a nuestros pies… otro día de niebla que nos impide ver el infinito…


Es hora de comer, llueve, nos ponemos las capas y tan felices como la tierra seca que reciben esta agua tan esperadas… Nos tomamos algo de alimento… y seguimos disfrutando…
Paseamos por la inmensa “Plana de la Negra”… nos acercamos a ese abrupto precipicio que llaman el “Caídero”…



























y hasta enredamos por unos “posaderos” de buitres hacía el sur desde donde se oteaban unos lejanos cerros que estamos ya deseosos de conocer y subir en los próximos días…


y con un poco de humedad que secábamos con unas canciones que estamos todo el día tarareando (cada excursión tiene sus melodías pegadizas…) nos tuvimos que volver a la ciudad que nos recibió con más lluvia…


¡¡¡¡¡¡Hasta muy pronto amigos y amigas!!!!!! ;)

lunes, 25 de febrero de 2008

Sensibilidad

Sensibilidad

Esta va a ser una entrada muy pequeña, muy diferente, muy especial, muy corta, con una sola foto, con un pequeño mensaje… con este corto escrito…
Solo deseo poner un homenaje, una ofrenda a esa suerte que todos podemos tener si buscamos en nuestro interior… con el debido silencio y paciencia, para que aflore… me refiero a la sensibilidad…
Los que hacemos y leemos los blogs, creo que somos admiradores y practicantes de este fenómeno… Por mi parte, en todas las excursiones, cuando vemos una película, después de leer un libro… Cualquiera de nosotros recuerda y comenta un detalle, una pequeña anécdota, alguna característica que a los otros les ha pasado inadvertida…
Cada uno tiene sus percepciones… desde sus gustos… desde sus dotes artísticas…desde sus experiencias y como las entiende…
El paisaje que veis en la foto, para muchos será una “escombrera”, para otros algo que hay que transformar, para alguno un solar yermo donde levantar la “Expo” o una granja productiva para hacinar pollos…

Cuando en la reciente excursión pasamos por allí, mis hermanos se quedaron admirados, cada uno por sus motivos… nos gusto… quisimos inmortalizarlo en una foto y llevarlo a casa como un recuerdo… para no olvidarlo…
Si nos ponemos a mirarlo, unos dicen que parece Marte, otros Egipto… para algunos será triste o deprimente… Mi madre lo ve poético y precioso para un óleo… Mi padre se quedo mirando la foto y pude ver como rebosaban por sus ojos extasiados un sin fin de historias y recuerdos que nuestra especie lleva dentro tras miles de años que habita y peregrina por este trozo de universo… No decía nada… al fin en una condensación extraña que atesora mil resúmenes de sus pensamientos, le puso el titulo que os propongo:


"EL NAUFRAGIO DE LOS HÉROES DEL BLOG"

¡Viva la sensibilidad de cada uno!...¡Espero las vuestras en los comentarios…QUERIDÍSIMOS AMIGOS… Y no perdáis el rumbo en el blog!


Hasta pronto!!

viernes, 22 de febrero de 2008

Rascaladeras...

Rascaladeras...

Como os dije anteriormente, esta entrada se la dedico a la parte más emocionante y simpática de la excursión que hicimos en las Bardenas Reales, el 17 de febrero… Es otro “Ratico Inolvidable”, pero este lo recordaré con un poco más de miedo…
Muy cerca de Castildetierra, nos acercamos a ofrendar vasallaje a una rustica estatua al segador. Nos pareció un merecido homenaje a este sufrido trabajador que en tan duras condiciones, ¡en el mes de julio, por estas tierras debía pasar días enteros dedicado a esta labor ingrata de segar!...



Después comenzamos a subir por una empinada cuesta, el frío viento nos golpea en la cara, como si quisiera impedirnos continuar la excursión, pasamos una preciosa y tranquila laguna entre carrizos y cañoclas… ¡en mitad de las Bardenas! Es increíble… tras contemplarla unos breves instantes, seguimos subiendo y subiendo, comenzamos a ver montañas muy erosionadas… que al paso de los años se van deteriorando y destruyendo…


Aprovechando unas pendientes, subimos a una de estas montañas y nos inventamos un nuevo deporte, lo llamamos “rascaladeras” y consiste en bajar muy deprisa, corriendo entre la arena, por la resbalosa ladera del montículo… es muy divertido… A mi me cuesta lanzarme… pero mis hermanos se tiran como motos… Y me animan. Aquí os dejo unas fotos que seguro os hacen sonreír…

















Seguidamente en las estribaciones del Cabezo de las Cortinillas, nos apetece subirnos a un cerro testigo que está muy aéreo, en el vacío, así que llegamos en una corrida… nuestro padre nos alienta a subir hasta lo más alto, al tejado de la chimenea de brujas… a mi al principio me parece imposible…




con lo inestable que está la roca… pero al ver que mi hermano sube y no pasa nada… nos animamos a acompañarle!! Me recuerda a una de las escenas de “La Búsqueda 2”…(¿Recordáis cuando tienen que equilibrar aquella vieja plataforma de madera para ir saltando desde ella?) Mientras estamos encima del “sombrero” bromeamos y a todos nos parece que se mueve… y nos tenemos que mover y distribuir para evitar desequilibrarlo y caer rodando montaña abajo como si se tratase de una tabla de surf… pasamos un poco de tensión pero es muy emocionante y no paramos de reír a pesar del fuerte viento que nos amenaza con derribarnos en cualquier momento… Y mi padre haciendo fotos por si se queda sin hijos…


Otra vez en suelo firme, nos dirigimos al verdadero Cabezo de las Cortinillas, antes, en lo alto había un antiguo observatorio militar desde donde se puede divisar al norte y al este el inmenso polígono de tiro del ejercito de aviación… Su acceso es breve y muy peculiar, se asciende por 219 escalones de piedra… algunos se han destruido por la erosión del terreno…



Desde lo alto contemplamos ese áspero pero precioso paraje en el que estamos pasando estos buenos “raticos”…



El frío nos hace bajar y aun nos entretenemos unos minutos por algunas piedras varadas en el inmenso desierto… desde ellas aprovechamos para deciros, no adios… sino hasta muy pronto amigos


Hasta pronto queridos amigos!!

martes, 19 de febrero de 2008

Castildetierra

Castildetierra

El domingo 17 de febrero, un día nublo y frío… decidimos volver a las Bardenas Reales, ya que, como siempre nos ocurre, nos quedamos con las ganas de conocer y contemplar otros muchos lugares de estas tierras navarras de gran belleza.
Comenzamos a caminar por una pista que atraviesa campos resecos con un trigo ralo y pobre, a medio crecer, sitiado por tierras con arenas y salitres, casi blancas y extremadamente faltas de agua… Nos cruzamos también con alguna casucha abandonada, que nos recordaba el Lejano Oeste.





Tras andar y andar sufriendo un frío viento que a veces nos llenaba de arena, charlando y riendo a raticos, llegamos a lo que se conoce por el símbolo de las Bardenas: el Cabezo de Castildetierra, un característico cerro testigo digno de ver y que es admirado en el mundo entero.


Es magnifico… precioso… han puesto unas discretas pero importantes vallas en las que pone “zona frágil, no pasar” que se deben respetar para evitar así, que no se adelante la erosión natural, y el cabezo se deteriore y destruya antes de lo normal… También tengo entendido que intentan con sellados químicos impedir que las areniscas endurecidas que forman el “sombrero” de esta maravillosa escultura del viento y el agua, no se fraccionen mas y todo se derrumbe… Al verlo, no puedes dejar de pensar que esas piedras de allá arriba, un día fueron el suelo… o antes, fueron el alubión que sedimentaba ese mar interior que era nuestra Tierra… paradojas del tiempo y de este planeta sorprendente… ayer mar… hoy techo altivo de un paraje desértico…





Tras contemplarlo, nos adentramos en el “Barranco de las Cortinillas”, el paisaje sigue siendo fresco y frío, hay muchos tamarites que dan al paisaje un tono morado muy bonito… En las paredes del barranco se aprecian múltiples cuevas y formaciones con estructuras muy curiosas…

Conforme vamos internándonos en el recóndito cañón, disminuye la fuerza del viento… la pequeña vegetación nos arropa… el microclima se hace más benigno.



De pronto, oímos un sonido peculiar que todos conocemos de otros años… elevamos las miradas al cielo que se deja ver por encima de los taludes del barranco y ahí están unos diminutos puntos gritones que se alinean formando flechas y se elevan con las térmicas para pasar los Pirineos… son las grullas con sus cantos de despedida, que emigran hacía tierras más frías… ¡Aunque no lo parezca, ya viene el verano!


Llegamos a un pequeño cauce por el que discurre agua, es increíble, con lo seco que esta todo y de repente hay agua!!, en el fango de la orilla del cauce, se distinguen una gran cantidad de huellas, pensamos que son de jabalí, zorro, oveja y aves que vienen a saciar su sed.






Al rato, sin terminar de recorrer todo el barranco, subimos a la superficie por uno de sus lados… ¡maravilla! Nos encontramos con un grandioso mar de olas terregosas, nuestra vista casi no alcanza a otear su fin… es espectacular, muy característico del desierto, aunque en lugar de ser dunas de arena que se transportan con el viento, aquí son estables, fijas, con una altura aproximada de dos metros…


Son como afluentes que se forman por la erosión del agua y del viento… formando un laberinto, esta formación tan típica de desierto toma el nombre de cárcavas. Nosotros vamos caminando por las crestas, con cuidado de no caernos por los enormes socavones que se forman.


También recorremos un “caos” que se ha formado en una parte del barranco, debido a la erosión… es impresionante… me encantan estos duros paisajes…

Buscamos un sitio para comer, en las profundidades del barranco, al lado del cauce… parecemos indios… se respira un ambiente de paz y tranquilidad, solo interrumpido de vez en cuando por nuestros comentarios y alguna risa que nunca debe faltar para redondear un buen “RATICO INOLVIDABLE”


De nuevo regresamos al cabezo de Castildetierra Nos espabila el viento y el frío que dejamos hace un rato aquí arriba… Hay que volver a cerrarse los anoraks y desde aquí seguimos descubriendo maravillas, sitios curiosos donde nos lo pasamos bien… pero os lo contare dentro de unos días, para que descanséis y esperéis con interés nuestras nuevas aventuras… Os contare el miedo que se pasa al estar en el inestable equilibrio de un cerro testigo… en la altura de un cabezo altisimo… Y practicando ese nuevo deporte que hemos llamado “RASCALADERAS”… Mientras tanto… os deseo unos raticos inolvidables… Y comentarme algo…JO…


¡¡Hasta pronto queridos y simpáticos amigos!!

miércoles, 13 de febrero de 2008

Desértica

Desértica

El domingo 3 de febrero, nos decidimos a ir al desierto de las Bardenas, donde el clima es extremo y no hay ni un árbol… Tras dejar el coche comenzamos a caminar por una senda muy erosionada, el terreno es muy seco y la única vegetación que nos acompaña son romeros, tomillos, espigas, aliagas, espartos…
El paraje es muy duro y bonito a la vez. Me llama la atención la cantidad de “sasos” que nos rodean, constituidos por yesos, arcillas, calizas... que dan un color muy calido al paisaje.
Después nos metemos a explorar un barranco denominado “El Bercho”, esta muy seco, me encanta este recóndito sitio, en el que se aprecian restos de humedad, hierbas altas, esparteras, un gran tamarite solitario en los lechos del barranco… Parece el escenario perfecto para una película del Oeste…


A lo lejos se divisa nuestro objetivo, una hermosa y enorme elevación que destaca de su entorno ya que tiene unas características muy peculiares.
Me resultó curioso, un mar de olas terregosas, muy característico del desierto… son “toyos” Como se les llama en los Monegros, o cursos de agua secos…

A mi me encantan las fotos que salen en estos sitios tan recónditos… y a vosotros… ¿Cuál os gusta más?...

Conforme nos vamos acercando se puede apreciar con mucha más precisión la silueta de la montaña, verdaderamente es bella, me sorprende en uno de sus extremos una especie de cabeza gigante que se asemeja a una efigie… En la parte opuesta hay una elevación en forma de torre, en fin, que ya tengo ganas de subir y recorrerla de un lado a otro!!.

Ascendemos a la “Plana”, por un empinado barranco, por donde debe deslizarse el agua en los escasos días de lluvia.


Una vez arriba, las vistas son preciosas, se ve mucha amplitud de territorio, es inmenso… nos asomamos al barranco, estamos muy
altos y la tierra esta agrietada por la erosión del agua y el viento… me recuerda al glaciar donde pasa tantas aventuras la graciosa ardilla de “Ice Age” con su bellota…¿la conocéis?...




Bajamos por la otra cara de la montaña, el paisaje muy desolado… es un panorama precioso de desierto… conocido como “La Blanca”… elegimos un sitio rebrigado para comer, parece que los indios nos vayan a tender un emboscada en cualquier momento… ;)


Aunque parezca mentira, nada más acabar de comer, nos empieza a gotear… en pleno desierto!!... y conforme pasa el día empieza a hacer más frío…
Volvemos por otra parte del barranco anterior, la tierra esta muy agrietada… al volver la vista volvemos a ver la bonita y erosionada forma de la montaña de donde venimos que ya se va difuminando con el atardecer…


Por el camino nos encontramos con los restos de lo que debió de ser una casita para refugiarse, ahora derruida, lo único que queda al paso de los años… que difícil sería vivir en estos lugares tan desérticos…

Todo el entorno es muy solitario, inhóspito y triste… pero a la vez muy lindo y hermoso… Hemos pasado un buen ratico por estos parajes navarros, tan sorprendentes… a pesar del frío y la débil lluvia…

Os dejo con unas citas que me han gustado:

"Los bosques preceden a las civilizaciones, los desiertos las siguen" (Rene de Chateaubriand)

"La arena del desierto es para el viajero fatigado lo mismo que la conversación incesante para el amante del silencio" (Proverbio persa)


Hasta pronto queridos amigos!!

sábado, 2 de febrero de 2008

Entre el Castellar y el Ebro...

Entre el Castellar y el Ebro...

El domingo 27 de Enero de 2008, solo tenemos un rato para dar un paseo corto… Dejamos el coche en la valla que corta el acceso a los vehículos y nos ponemos a caminar bien abrigados hacia el galacho de Juslibol, La mañana es fría y blanca de niebla. Hemos visto los termómetros a 1º y la humedad escurre por hierbas y arbustos pelados por el invierno.Como el ambiente es muy propicio, Eloy, mi hermano nos cuenta detalladamente y con suspense el resumen del libro: “Los Devoradores de Cadáveres”, de Michael Crichton, que ha leído recientemente… Vikingos, espadas y monstruos de la niebla… La verdad es que da un poco de miedo…




Dejamos el galacho abajo y nos subimos por las escaleras hasta lo alto del escarpe; el sol comienza a adivinarse como un círculo luminoso entre el blanco denso del cielo; desde el farallón no se ve el galacho, solo abismos grises y muchos ruidos de la naturaleza que el manto de niebla nos transmite.
Mas adelante, en el barranco que nos separa del Castillo de Miranda, plantamos las bellotas con tierra que tenemos desde la excursión de “La Palomera”… algunas ya se han abierto… esperamos que aquí puedan vivir y formar una colonia en este cauce húmedo del barranco.


La silueta del castillo de Miranda, desde el barranco, desdibujado entre la niebla y roto por mil años de abandono, es soberbia y algo tenebrosa, como si despechado, olvidado y mal herido, nos acechara con rencores y venganzas… Solo son piedras y niebla, somos nosotros los que imaginamos animismos en sus ruinosas paredes…






Desde la base de este antiguo castillo de guerra, casi oculto entre malezas y piedras, un túnel oscuro y estrecho se interna y asciende entre los yesos y margas… ¿Salida del castillo?... ¿Entrada a otra dimensión de la Historia y la vida de las gentes que aquí sobrevivieron hace mil años?...
Seguimos caminando hacia el oeste, internándonos por el cauce del canal de desagüe que corre paralelo al pie de muralla del escarpe. El lecho esta húmedo y salpicado de hierba naciente. Los taludes de los extremos se proyectan en el enramado de tamarites y chopos viejos; a la derecha, la pared de yesos y salitre que nos separa del páramo, del desierto del Castellar, a la izquierda, los fértiles campos de aluvión que han dado a esta ribera alimentos y vida durante tantas generaciones…




Un trozo de la pared se ha derrumbado sobre el canal. Es reciente, ha sido este invierno, miles de toneladas de rocas y tierra se han desplomado sobre este cauce, han roto árboles y tamarices, han cegado el canal. Las paredes desprendidas y las rocas caídas son blancas, grises y amarillas, anaranjadas, verdosas… están vírgenes, sin erosionar, sin vegetales, llevan miles de años en las entrañas de estas montañas y ahora se abren a la luz y a la vida.



En una rama de tamarite, me sorprende la filigrana de una tela de araña que esta cuajada de gotitas de agua. Parece imposible que algo tan fino pueda soportar ese peso de niebla liquida… preciosa… Es curioso que aquí el hilo sujete el agua y allí la montaña se haya precipitado en un caos megalítico… Equilibrios de la naturaleza.
Por fin llegamos a la Alfocea, ahora barrio rural de Zaragoza, que fue asentamiento romano, luego árabe, de donde le quedo el nombre… “Al Haud” que podría entenderse como casas entre campos para el descanso… También fue castillo cristiano para la Reconquista y lugar templario… Y siempre pueblo agarrado al escarpe para defenderse de esas crecidas del Ebro que lo aíslan entre lodos y corrientes…


La Alfocea se ancla en uno de los márgenes del cono de deyección del barranco “Los Lecheros” que trae las aguas de las tormentas de una inmensa cuenca adentrada en los montes del Castellar. Esta ceñida por las alambradas que limitan el campo de maniobras de San Gregorio, el más grande de Europa.
Subimos hasta el morro que sobre el pueblo nos permite divisar todo el paisaje. La estepa a un lado, campos y ribera al otro. El pueblo y el farallón como frontera entre ambos. ¿O son la mano entre el desierto y el oasis?...
Mientras ha avanzado el día, ya tenemos sol, las plantas se ríen con lágrimas de agua sonriendo a los brillantes rayos de Enero, todo parece chispeante y de fiesta, los ojos se arrugan por la luminosidad que no esperaban… Pero hay que volver a casa. Desandamos por el cauce que hemos venido… trepamos por el caos del derrumbe...







Atravesamos la traviesa senda colgada sobre el galacho conocida como “La Sunsida”, siempre con el respeto de sus pícaro riesgo de vértigo, de caída…



Al fin, terminando la narración de mi hermano, llegamos al coche. Otro trozo de Aragón, de experiencia, de vida que hemos compartido y recorrido.






Hasta pronto amigos!! :)