lunes, 30 de junio de 2008

De bajada nos cruzamos con la leyenda...

De bajada nos cruzamos con la leyenda...

Comenzamos el regreso… y volvemos a pasar por el bosque de hayas… cada vez la luz es más tenue… A mi me parece escuchar unos aullidos… ¿serán lobos que nos acechan?...




Nos vamos internando cada vez más en el bosque… me encanta esta magnífica haya…



Tras una fuerte subida y mucho calor llegamos al collado “Presín”…





Donde el sol que este día nos ha calentado y alegrado, se despide de nosotros acariciando la blanca frontera de los Pirineos…



En uno de los tramos del camino, hay mucha agua…




Así que mi hermano se las ingenia cogiendo un tronco caído para utilizarlo como puente y ayudarnos a pasar a mi hermana y a mi…



Rozando las ocho de la tarde nos apresurábamos a bajar las últimas lazadas del camino… el sol se había ocultado entre amenazadores ejércitos de nubes que nos acosaban, mi padre ya decía eso de “que se nos va ha hacer de noche” y de pronto, vemos que se para en una vuelta del camino y oímos que habla sigilosamente con alguien… ¡Todos nos sorprendemos de ese extraño personaje! alto, delgado, rubio de ojos glaucos y muchas pecas, que en ropa de calle y sin mochila comenzaba el ascenso hacía esas montañas solitarias que nosotros dejábamos a merced de la tormenta.
Tras cuatro frases… nos abandona y toma el camino ascendente… mi padre sigue bajando y cuando le preguntamos por el enigmático paseante, nos dice que parece que conoce el camino, y se piensa guiar de noche por la luna llena… todos nos miramos sorprendidos y algo asombrados… y entonces nos remata la opinión de mi padre que dice, “parece un celta… yo creo que es Merlín en persona”.
Os aseguro que bajamos al coche de la forma más rápida que lo hemos hecho nunca. Desde el coche vemos los rayos que confabula nuestro amigo desde el collado…




Ya de camino a casa, por la autovía… de noches… a todos nos parecía ver imágenes como esta que os he puesto… que evidentemente no la hice yo…

Hasta muy pronto queridos amigos…