miércoles, 1 de mayo de 2013

Lluvia de primavera…


Abril nos ha dejado… ese mes nostálgico y romántico que pinta de gris el cielo encapotado, dándole protagonismo a las nubes que, bailando al mismo son, derraman mil lágrimas de lluvia allí por donde pasan…


Esa última tarde del mes, nostálgica y romántica, salí siguiendo el compás de esa gran obra… esquivando los charcos bajo mi colorido paraguas, sin brújula ni reloj, jugando a perderme en la soledad de las calles…



Con el constante latido de la lluvia, llegué a esos bosques perdidos y misteriosos que habitan el corazón de la ciudad... y de repente, en un rincón junto a esa fuente que inmortaliza almas, mis ojos se posaron en un misterioso personaje… se trataba de un joven de ojos grises, que no tenía miedo al agua… al revés, casi la agradecía… pero lo más sorprendente de todo era que ¡¡estaba pintando bajo la lluvia!! Me acerqué llena de curiosidad a ver su cuadro, convencida de encontrarme con una mancha de colores húmeda… ¡¡Oh!! Pero ante mis ojos asombrados vislumbre el bosque de magnolios en el que nos encontrábamos…



cada gota de lluvia que caía sobre el lienzo, no sólo humedecía la tela, sino que le daba un colorido especial… era como un toque mágico que le daba viveza y relieve a ese cuadro…


Él me dedico una mirada pícara, misteriosa y continuo elaborando su mundo en esa tela… cada gota de lluvia era como ese pincel mágico que guiado por la delicada mano de un acuarelista, conseguía que la pintura cobrase perspectiva, brillo… vida… en la esquina inferior izquierda dibujó la sombra de una joven cuyo paraguas era idéntico al mío… y en la esquina inferior derecha garabateo su firma: Abril junto con estas palabras: “Siente mi armónica presencia en la lluvia de primavera”…


Por eso los últimos días de este mes son especialmente especiales… porque en el momento menos esperado puedes encontrarte con él… con Abril en persona… y casi seguro que te dedicará un bonito cuadro lleno de vida…



Hasta muy pronto!!