jueves, 8 de enero de 2009

Huesca, una ciudad amiga

Huesca, una ciudad amiga

En estos días de Navidad hemos aprovechado para hacer una visita a la bonita y cercana ciudad de Huesca que tantos recuerdos nos trae… Comenzamos el día tomando un delicioso chocolate con churros en la famosa “Granja Anita”…




Para continuar con el buen sabor de boca y aprovechando el calor de la buena armonía cruzamos la amplia plaza de Navarra, atravesamos la calle Galicia, las “Cuatro Esquinas” y nos adentramos en el Casco Viejo de Huesca. Llegamos al Ayuntamiento, en frente la Catedral y entre medio de los dos grandes poderes se encuentra una pequeña y solitaria plaza, anteriormente protagonista de mil juicios y fiestas…



En el interior de la Catedral vimos un museo con importantes piezas de distintos lugares… me encanto el altar del Castillo de Montearagón restaurado recientemente (Aún recuerdo el precioso atardecer rojizo que presenciamos desde sus románticas ruinas…)

Subimos por las estrechas escaleras de caracol, de piedra que ascendían por el interior de la esbelta torre de la Catedral de Huesca… llegamos al piso en el que cuelgan las ocho campanas, menos mal que no nos arrullan con su repicar… nos elevamos hasta lo más alto y desde allí la vista es espectacular… se ven los pináculos de la Catedral, la ciudad con sus rojos tejados, las montañas que nos llaman… es maravilloso…




También nos sumergimos en el Museo provincial, nos cuentan la historia de la “pajarita” el actual símbolo de Huesca… vemos un cuadro que fue regalo de bodas de un pintor a su enamorada al casarse con otro pretendiente… de cerca parece una cosa y de lejos se ve otra muy distinta… (No dejéis de verlo cuando vayáis a Huesca)

Bajamos a la sala de La Campana donde nos relatan la espeluznante historia de la Campana de Huesca, ya la conocía pero mientras la escuchaba en esa estancia de piedra… un escalofrío recorrió mi cuerpo y una mueca de dolor surco mi rostro… Mientras mi padre nos hace fotos para el recuerdo… ¿Cómo entender el reino de Aragón sin estos avatares históricos?




Para finalizar la mañana recorrimos el bello claustro de San Pedro, los capiteles eran muy hermosos… también visitamos la tumba de Alfonso el Batallador…



Después de comer recorrimos las murallas que rodean algunas zonas de esta ciudad… anteriormente protegida por noventa torres de las que actualmente sólo se conserva una, es una lástima que esté tan derruida pero cumplieron su función en las múltiples batallas que se libraron en estos lares…

Me maravillé al entrar en San Pedro el Viejo, una de las primeras construcciones románicas de Aragón… por lo tanto se puede apreciar este arte en estado puro.

Volvimos a ver el claustro esta vez con una cortina blanca compuesta por grandes copos de nieve… precioso…




Me pareció muy curiosa la forma de la fachada de la Iglesia de San Lorenzo, asemejaba una parrilla, en la que asaron vivo a este santo que es el patrón de Huesca.
Por la noche esta muy bonito todo iluminado y lleno de lucecitas de navidad…




Regresamos al Museo Provincial para detenernos en la prehistoria y adentrarnos en la amplía habitación de Petronila, situada a unos dos pisos del salón de La Campana… desde una de las ventanas de esta estancia, descubrimos un manto blanco sobre las calles… la nieve va cubriendo todo…




No hay que olvidarse del coqueto y entrañable parque céntrico de Huesca, en el que conviven multitud de especies vegetales y animales… es una maravilla…



Espero volver más veces a nuestra cercana Huesca… en vuestra compañía…


¡¡Hasta pronto!!



PD1: Muchas gracias por visitarme y comentarme, vosotros dais vida a este blog… os merecéis un regalo, así que a partir de ahora entregaré un premio al mejor comentarista (realizado por Fair Lady, gracias por permitirme su uso, linda :))… lo publicaré al final de cada post, cuando haya publicado el siguiente. ¡¡SUERTE!!




Comentarista ganador del post anterior:

Gracias por vuestra agradable visita, me encantan vuestras simpáticas, dulces y cariñosas palabras…
Esta vez el premio es para mí preciado y querido amigo Enrique. Gracias por envolverme en tu cariño, y regalarme tan amables palabras y esa historia tan bonita…

Aquí tenéis su comentario, espero que os guste:

“Yo no te he deseado nada, te he regalado una historia. Pero si quieres un deseo, que las alas de la amistad y el amor se desplieguen sobre tí y los tuyos en medio de la Naturaleza, que bien lo merecéis.

Miles de besicos.
Enrique, (Caballero medieval)”