miércoles, 7 de noviembre de 2007

Pusilibro & Sierra de Bonés


Pusilibro:

El domingo 2 de Septiembre, subí al Pusilibro con mi familia y primos... Hizo muy buen tiempo, y disfrute mucho... el paisaje era precioso.
No vimos a nadie durante todo el recorrido, reinaba la tranquilidad.

Nos subimos a un mirador... parecía que se iba a caer.
Después de caminar un rato llegamos a la Cresta, por la que caminamos un poco...



En la cima vimos como planeaban los entusiastas del ala delta...

Después de coronar la cima nos dirigimos a Fuenfría, es un sitio muy bonito y recóndito, lleno de hierba verde y con una fuente... de la cual casi no salia agua, porque no ha llovido mucho...

En este lugar tan apacible comimos y reímos mucho...







Para despedirnos de este día tan hermoso y feliz, hicimos una visita al Castillo de Loarre, esta muy restaurado y conservado, es precioso... Allí se rodó la película: "El Reino de los Cielos".




Sierra de Bonés:

El domingo 7 de Octubre, un día soleado y despejado, fuimos a la Sierra de Bonés. Hemos cogido la cesta de "Robellones" (también conocido por níscalo, cuyo nombre científico es Lactarius deliciosus), aunque como ha llovido recientemente y muy poco, no encontramos ninguno...
Durante el camino, vemos cazadores, llevan un jabalí muerto y otro herido...
Paseamos por la pista con alguna incursión en el gigantesco pinar... está todo muy húmedo, pero las setas no han tenido tiempo de crecer...
Ya de regreso comemos alguna mora silvestre, están muy buenas...
Lo pasamos muy bien aunque el protagonista "Robellón", no este con nosotros...




"La autora con cachirulo, en las Sierras de Aragón."









Me lo paso muy bien haciendo excursiones, porque estoy en contacto con la naturaleza, y me doy cuenta de que se necesita muy poco para ser feliz...
La agradable melodía de las múltiples aves sustituye al sonido molesto de los automóviles.
Me parece oportuno poner un correo muy interesante, que me mandaron el otro día por Internet:

"Un hombre de negocios estaba en el embarcadero de un pueblecito costero de México cuando llego una barca con un sólo tripulante y varios soberbios atunes.
El hombre de negocios felicitó al mexicano por la calidad del pescado y le preguntó: -¿Cuanto tiempo has tardado en pescarlo?.
El mexicano contesto: -¡Oh!, sólo un ratito...
Entonces el hombre de negocios le preguntó: -¿Y por que no te has quedado más tiempo pescando?, habrías cogido más peces...
Ante esto el mexicano repuso: porque ya tengo suficiente para cubrir las necesidades de mi familia...
El hombre de negocios volvió a preguntar: -¿Y que hace usted entonces con el resto de su tiempo?
El mexicano le contesto: -Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer, voy cada tarde al pueblo a tomar unas copas y a tocar la guitarra con mis amigos. Tengo una vida plena y ocupada, señor.
El hombre de negocios dijo con tono burlón: -Soy un graduado de Harvard y le podría echar una mano. Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las ganancias comprarse una barca más grande. Con los beneficios que le reportaría una barca más grande, podría comprar varias barcas. Con el tiempo podría hacerse con una flotilla de barcas de pesca. En vez de vender su captura a un intermediario, se la podría vender al mayorista; incluso podría llegar a tener su propia fabrica de conservas. Controlaría el producto, el proceso industrial y la comercialización. Tendría que irse de esta aldea y mudarse a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y finalmente a Nueva York, donde dirigiría su propia empresa en expansión.
El mexicano dijo: -Pero señor, ¿cuanto tiempo tardaría todo eso?...
El hombre de negocios le contesto: -De quince a veinte años...
El mexicano le preguntó: -Y luego, ¿qué?
El hombre de negocios soltó una carcajada y dijo que eso era la mejor parte: -Cuando llegue el momento oportuno, puede vender la empresa en bolsa y hacerse muy rico. Ganaría millones...
El mexicano repuso: -¿Millones señor?, y luego ¿que?...
A lo que el hombre de negocios contesto: -Luego se podría retirar, irse a un pequeño pueblo costero, donde podría dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, hacer la siesta con su mujer e irse de paseo al pueblo por las tardes a tomar unas copas y a tocar la guitarra con sus amigos..."
Nos hacemos una foto en un establo de caballos vacas... parecía que eramos unos vaqueros...

Para que esforzarse tanto, sólo por el recurso economico... Para luego emplearlo en "ser felices"... cuando la felicidad puede estar muy cerca de nosotros, muy barata... y siempre depende de nuestra opción interior.