Del 18 al 20 de
octubre ha tenido lugar el XI CongresoNacional de Bibliotecas Públicas, en el
Palacio de Congresos Baluarte de la
preciosa ciudad de Pamplona. A continuación os contaré lo vivido en estos tres
entrañables días!!
El ambiente en el
congreso es tan agradable que se respira tranquilidad, sabiduría, reflexión e
inspiración… Escuchamos las sabias palabras de Ramón Andrés... Con tiempo para
saborearlas. Fulgencio Sanmartín nos habla sobre la digitalización de las
bibliotecas y el espacio de datos para el patrimonio cultural.
En este Congreso, al
igual que en los clubes de lectura, también hay un tiempo para conversar,
saludar en torno a un café y con música en directo!! Todo un privilegio poder
conocer a las amables personas que forman el comité científico y de
organización!!
Hay interesantes
aportaciones internacionales con Tom Van
Vlimmeren de Eblida.
Desde Portugal, Susana Silvestre incide en la importancia de desarrollar la
capacidad de escucha activa, la cercanía en las Bibliotecas Públicas, para
conseguir espacios donde las personas nos sintamos seguras y también como caminos
de integración ciudadana o los llamados laboratorios
ciudadanos... Afirmando que la literatura y las bibliotecas son esenciales
para ser personas con pensamiento
crítico y evitar la manipulación.
Las comunicaciones son
interesantísimas, Natalia Arroyo nos
habla sobre la clave de la biblioteca
rural. Carmen Cruz incide en el
importante papel que tienen las bibliotecas públicas y la alfabetización
digital en la lucha contra el Sexting.
María Jesús Martínez expone las actuaciones en Europa relacionadas con las bibliotecas públicas y
sus implicaciones para España.
¡¡Es una suerte poder
conocer y saludar a diferentes responsables de las políticas bibliotecarias de Zaragoza
y Navarra entre otros!!
Gracias al Ministerio
de Cultura y Deporte y al Gobierno de Navarra por hacer posible este Congreso
tan necesario y bien organizado, lleno de profesionales.
En breve continuará!!!
1 comentario:
Estuve siguiéndolo online la primera jornada. Todo muy bonito. La pena es que luego no se lleve a la práctica. Más valdría dignificar a las personas trabajadoras de las bibliotecas.
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